HALLUCINOGENS

La percepción, el estado de animo y varios de los procesos cognitivos se ven alterados en gran medida por los alucinógenos (psicodelicos). Su origen es muy primitivo, de hecho fueron utilizados en las primeras culturas en multitud de contextos socioculturales y rituales. En 1950, tras el descubrimiento casi simultaneo de la serotonina (5-HT) y la dietilamida del ácido lisérgico (LSD-25), la temprana investigación cerebral se centró en la posibilidad de que el LSD u otros alucinógenos tuvieran una base serotoninérgica de acción, y reforzaron la idea de que el 5-HT era un importante neurotransmisor en el cerebro. Finalmente estas ideas fueron probadas y hoy en día se cree que los alucinógenos 5-HT estimulan ciertos receptores, especialmente los que se expresan en las células piramidales neocorticales. La activación de estos receptores también conduce a un aumento de los niveles de glutamato corticales debido a una liberación presináptica mediada por el receptor de los aferentes talámicos. Estos hallazgos han llevado a la comparación de los efectos alucinógenos clásicos con ciertos aspectos de la psicosis aguda, y un enfoque en las interacciones talámo-corticales como clave para entender tanto la acción de estas sustancias como los sitios neuroanatómicos implicados en los estados alterados de conciencia (ASC).

Nichols, D. (2004) Hallucinogens. Pharmacology & Therapeutics, vol 101, pp 131-181.